sábado, 28 de febrero de 2009

Botox.

¡Qué duda!
Ante la duda, la más tetuda.

Ahí está el intríngulis, no se divisan tetas en el horizonte. Encefalograma plano veo, ni que el asunto estuviese muerto morrido, apestándolo todo.

Unos, ya sabemos lo que son. Por trayectoria, hechos consumados e ideologías. A pesar de operaciones de maquillaje e inyecciones de botox a mansalva. El algodón no engaña, lo pasas y sale tiznado.

Los otros, decepcionantes en grado sumo. Esperanzas perdidas, verdades defendidas ofendidas, transgredidas.
Lo peor, justificadas, argumentadas.
Sí de lo bueno, lo mejor,
ellos eligieron de lo malo, lo peor.

Los de más allá, ¡títeres!, de unos y de otros.
El poder, que no el querer, y en esto ¡todos!

Ande yo caliente, ríase la gente. ¿Qué hay de lo mío?
¡Todos!

¡Me aburro!
¡Pis, caballo!

1 comentario:

  1. Bueno, ahora ya se sabe que ganaron los de siempre, los que supuestamente se sabe como son y lo que piensan. Es muy triste que casi sea de agradecer haberse librado de una supuesta izquierda que nos ha decepcionado tanto, aunque por el contrario, es un placer haberse librado de esos nacionalistas iluminados anclados en el siglo XIX todavía a estas alturas, que tanto daño podían hacer.
    En fin, que los mismos perros, ahora ya incluso con los mismos collares, me temo.

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