martes, 24 de febrero de 2009

Descalabros sentimentales.

Ayer quedé con una amiga. ¿Puedo llamarla así? No lo sé bien.
Probablemente sea yo más amigo suyo que ella de ami.

Después de meses, unos cuantos, sin contacto alguno (por sus partes no realizados, y por las mías fallidos pero intentados) ayer llamó.
Estaba descalabrada de sentimientos, deprimidilla dijo, concretamente: que triste, el amor no me asiste, mi novio no me viste; no quiere ser como yo quiero que sea, y no cambia, me da una rabia; me hace pupita, pero dice que me quiere mucho, mucho, como el helado al cucurucho.
Eso dijo resumiendo, aunque ni de lejos expresado con esas palabras, o así captaron mis entendederas.

Uno no entra ni sale de donde no le llaman, aunque en este caso fui llamado y preguntado. Respondí lo que imagino es el amor: queriendo quieres a quién quieras tal cual es, no a alguien que quieras querer como tú quieres que sea. ¿Amas una imagen o a una persona real? Las personas no suelen cambiar, son como son. Piensa bien a quién quieres, y toma una decisión.
Creo que no escuchó siquiera, oír sí.

Se despidió deseando recibir una llamada suya, para seguir sufriendo en el intento del cambio, imagino.
Yo me despedí diciendo” hasta la próxima, será cuándo tú quieras, llámame”.

¿Llamará? Llamará ante otro descalabro, las personas no cambian.
¿Responderé? Responderé, las personas no solemos cambiar.

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