domingo, 5 de abril de 2009

Menú del día.





Con alegría, en muy buena compañía.
Agradable lugar, agradable compañía.
Soleado día.

Desfilaron por la mesa, mantel blanco impoluto (al comenzar, al finalizar… Manchas de vida), pitanzas varias, bebidas variadas.

Compartiendo primeros:
Coqretas, caseras, sabrosas.
Berberechos con patatas en su punto picante. Según el mesonero crean adicción. Tanto no diría yo, deliciosos digo.
Pulpo a la brasa. Rico, le hubiera puesto un punto picante más.

Segundo compartido:
Arroz caldoso con mariscos. Ummmmm.

Bien podría mantenerme a base de arroz. Me encanta. Blanco, el solito. Negro. Salvaje. Integral…

Postres:
No suelo llegar. Me gusta comer.
Pasaron por el blanco impoluto, ya vivido, ya saboreado. Algún helado, cremoso helado, pasas y ron, vainilla con color, precioso color tenía la vainilla, chocolate y fresa o fresa y chocolate, quesadas, un par o tres.

Cafeses, de pota y másquina.
Chupitos con hielo, nunca congelados, hiervas verdes. Verdismo al poder.

Y la cuenta
¿Qué me cuentas?
Ninguna exageración, razonable.

Por cierto, para beber, imprescindible agua fresca, Ribeiro blanco frío “Viña Leiriña”.
Siendo de tintos, sus colorines me parecen mejores, matices múltiples. La elección acertada fue.

Paseo por el paseo, después caminé. Al ir, con Tita Mari Lu recorrí. Al volver, solo fui. Muy bien acompañado en ambas ocasiones, en el ir y en el venir.

En la arena me senté, y jugué. Curiosa arena, se escapa de las manos.

Bonito, agradable día.
Luminoso.

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