- ¿¡Me has cogido!?
Dice entre sorprendida y admirada, entre otras muchas más cosas, inquisitiva.
-¡Claro que si!
Responde, sin lugar a dudas.
-No hubiera hecho falta.
Dice ella, admirada.
-Sé que te puedes regenerar, pero no quiero verte sufrir.
Nunca la habían cogido, siempre se sintió sola.
Un sentido abrazo, de cariño.
Aéreo abrazo. Volaban.
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