viernes, 12 de julio de 2013

Sesenta horas.


En cómputo global, 58 de ellas: excelentemente empleadas; mejor impartidas; muy aprovechadas; conocimientos acrecentados en muy buena medida… Rozando el sobresaliente para la Maestra.

 En particular, me sobran 2: ridículas; mal empleadas; peor impartidas... Un dos, siendo generoso, para la impartidora (puesto que de maestra tenía menos que cero). Para cubrir expediente (es imposible aprender nada así, lo odio). Siendo el tema a tratar importante, nunca merecedor de tanta desidia y dejadez… Eso si, sus buenos dineritos se habrá llevado la muy sinvergüenza…
 Saqué en claro en las dos últimas horas ¿lo qué? Pues menos mal que la mayoría de los puntos a tratar los había explicado ya, mejor que bien, la Maestra anteriormente… si no saldría igual que entré pero, eso sí, con el expediente cubierto y un carnet nuevo…

 Por otras partes: algunos, muy pocos, están por estar (pssss, anda ya que me voy a poner a aprender…); otras, al menos una, seguramente por obligación (mostrando mucho interés en aprender, aunque sea por obligación); también alguno hay que se cree saberlo todo y no necesitar nada más…

 Y yo ¿qué? Sin dudar: quiero aprender mucho y bien; estoy porque quiero estar; he tenido la suerte de poder estar; aprovechar la estancia al máximo, quiero, en ello estoy…

 Particularidades: se exige puntualidad…
 en punto para entrar significa: puedes llegar un poco antes si así quieres; y sino en punto puedes llegar; en el caso de llegar, aunque sea tan solo un minuto, después de en punto es que llegas tarde, y punto.
 Quejas referentes a particularidades emitidas: “pero es que no es justo, llegué puntual, tan solo eran y un minuto”… Ay, señor de los anillos, así nos va… ya no se sabe ni el significado de ser puntual… En un suponer supuesto, de las suposiciones de toda la vida, tengo un billete de tren para en punto: llega a un minuto después de en punto; puedes ir corriendo a ver si te abren para entrar mientras ya salió de la estación; o también puedes ir a quejarte a la ventanilla de reclamaciones, explicando que llegaste puntual un minuto tarde, a ver si tienes suertiña y te hacen caso…

 De sesenta, cincuenta y ocho está mejor que bien.

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