viernes, 13 de septiembre de 2013

Un “Brunch”…

 … para entendernos: unos pinchos a media mañana, de toda la vida.
 Anteayer me volvió a tocar preparar. Me encanta que me toque.
 A punto y hora estuvo todo.

 Personalmente preparé:
·        Un pan, tipo chapata (hecho desde el principito hasta el fin con las manitos limpias y recién peinás), bañadito con su tomate, un poquito de orégano y sutil toque de ajo,  su jamón serrano encima ¿Cómo no? Comieron, sí.
·        Unas milhojas de chocolate rellenas de nata y tofe.

·        Unos fritos de calabaza.
·        Un café de “pota”.

 También ayudé a: preparar algo de la paella

; la farsa de la empaná (aquí he de aclarar: farsa no significa “farsa, que eres una farsa, no hay quién confíe en ti… una farsa viene siendo el relleno de la empaná) de maíz y xouba; y algunas cosas más que te hice, seguramente no todas bien.
 Además: unos buñuelos de chocolate; unas patácolas bravas, y unos filetillos de xoubas fritidos…

 Y asín en el anteayer ya. Contentísimo y cansadisísimo acabé el anteayer.
 En el ayer, preguntele a la “siñorita pofesora” ¿Qué tal en el anteayer? Respondiome: “todo más o menos bien, quizá los pinchos eran un poco planos de color; los postres eran todos chocolateados; y los salados dentro del mismo tono”

 Tiene toda la razón, es la profesora, necesitaba contraste el “brunch”. Si bien he de decir que los comensales no se quejaron, seguramente ni se fijaron en lo plano del colorín… 
 Toda la razón tiene la profe, además de arte, imaginación  y elegancia natural al cocinar y presentar.

 Y ¿hoy? Postre espectacularmente sabroso que te hice. Sorprendente en mezcolanzas de sabores:

 “Panna cotta a la pimienta rosa con salsa de fresas” Justóucheme ben, deliciosisísimo. Another day in paradise de la cocina,  os cuento otro cuento en forma de recetilla.

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