domingo, 8 de septiembre de 2013

Mecagüenlá...


 Si es que voy muy mayor mente… y una miérdaga pinchada en un palo…
 Antecedentes: antes de no sé qué, que qué sé yo, que yo qué sé… me encantaba conducir... Hoy por hoy, ayer ya, mañana mucho menos, no soporto tener que conducir… Tantísimos/as (empieza por im, y termina por, bécilas/os) oyesyas…
 Sin ir más lejos… ayer ya: en una carretera de dos carriles estrechísimos con curviritas cerradísimas; voy conduciendo lo más prudentemente, despacito y con buena letra conduciendo voy… mancuentro al salir de una curva cerradísima, sin visibilidad más allá de poder frenar a fondo sin chocar (por suerte, conduzco despacio, según la vía y las eses… que si no, catacrac como poco…) y mancuentro a un imbécilo parado en medio de la carretera de carril estrecho (su cerebro mucho más estrecho) a cuatro o cinco metros de una curvirísima cerradísima en línea continuísima… Menos mal que no iba rápido… por suertísima, no venía nadie detrás (aunque viniera alguien lento detrás, allí mismito acordeón)…
 Pues no, no le llegó con estar parado… ni corto ni perezoso, se le escurrió dar media vuelta, haciendo un par de maniobras (menos mal que no fueron en la oscuridad que nos habrían tocado a todos de venir alguien detrás…) sobre línea continua…

 Por suerte, una flor

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