miércoles, 4 de septiembre de 2013

Chambonadas…

Decíamos ayer, exámenes…
 A pesar de fallar, tan solo en una pequeña parte (si bien importante, aunque pequeña), al menos no hice chambonadas…
 “Chambonadas”, entiéndase como: desorden total en la elaboración; vaya desfeita, esto es una guarrerida ¿Cómo puedes estar cocinando entre tanta mugre y desperdicios?; ¿osas mezclar una elaboración con la siguiente sin limpiar?; ¿a esto le llamas una presentación de un plato a degustar?...

 Al menos no hice chambonadas, ninguna hice.

 Primero hice el bollo de pan. Seguidamente limpié, pudiera parecer que nadie pasó por allí (cocinar también es esto, limpiar mejor que rebién lo ensuciado)…

 Segundo, mientras el pan en el horno se cocía, pre elaboré la guarnición (es decir, la dejé lista para en los últimos momentitos darle el punto final y presentar); ni rastro quedó de la pre elaboración; limpito tooo...

 Terceramente, después de limpiar todo lo segundo, preparé la cama de sal (sal gruesa mezclada con claras de huevo, para hacer la cama y cubrirla con edredón) para la Lubina; la acomodé en su camita y la cubrí con el edredón (para que no pase excesiva calor en el horno… ¿eeeinnn?) …

 Cuartamente, después de limpiar terceramente (por aquí no ha pasado nadie), al horno la metí en su camita acolchada y, mientras estuvo allí, aproveché para terminar la guarnición y hacer la “masa madre”… pensando que, creyendo que, amigo del tonteque…

Quintamente, previo aseado del cuarto, saqué la lubina del horno y de la cama en su punto. Tiene su aquel, no te vayas a decreer que no, sacar a una Lubina a la sal de su cama con edredón y todo, en su punto y los lomos lubinares sin espinas ni naaa… sin que se rompan, enteritos, laborioso además de mañoso…

 En refinitiva: Presenté unos lomos de Lubinamente (hoy quiero confesar, un par me rompieron, conseguí sacar los restantes enteritos…) acompañados de su guarnición pero sin su salsa… fallé.


 Eso sí, seguro, chambonamente no.

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