Decíamos
ayer, exámenes…
A pesar
de fallar, tan solo en una pequeña parte (si bien importante, aunque pequeña),
al menos no hice chambonadas…
“Chambonadas”,
entiéndase como: desorden total en la elaboración; vaya desfeita, esto es una
guarrerida ¿Cómo puedes estar cocinando entre tanta mugre y desperdicios?;
¿osas mezclar una elaboración con la siguiente sin limpiar?; ¿a esto le llamas
una presentación de un plato a degustar?...
Al menos
no hice chambonadas, ninguna hice.
Primero
hice el bollo de pan. Seguidamente limpié, pudiera parecer que nadie pasó por
allí (cocinar también es esto, limpiar mejor que rebién lo ensuciado)…
Segundo,
mientras el pan en el horno se cocía, pre elaboré la guarnición (es decir, la
dejé lista para en los últimos momentitos darle el punto final y presentar); ni rastro
quedó de la pre elaboración; limpito tooo...
Terceramente, después de limpiar todo lo
segundo, preparé la cama de sal (sal gruesa mezclada con claras de huevo, para hacer
la cama y cubrirla con edredón) para la Lubina; la acomodé en su camita y la
cubrí con el edredón (para que no pase excesiva calor en el horno… ¿eeeinnn?) …
Cuartamente, después de limpiar terceramente
(por aquí no ha pasado nadie), al horno la metí en su camita acolchada y,
mientras estuvo allí, aproveché para terminar la guarnición y hacer la “masa
madre”… pensando que, creyendo que, amigo del tonteque…
Quintamente, previo aseado del cuarto, saqué la
lubina del horno y de la cama en su punto. Tiene su aquel, no te vayas a
decreer que no, sacar a una Lubina a la sal de su cama con edredón y todo, en
su punto y los lomos lubinares sin espinas ni naaa… sin que se rompan,
enteritos, laborioso además de mañoso…
En refinitiva:
Presenté unos lomos de Lubinamente (hoy quiero confesar, un par me rompieron,
conseguí sacar los restantes enteritos…) acompañados de su guarnición pero sin
su salsa… fallé.
Eso sí,
seguro, chambonamente no.
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