Fíjate, hacía dos cositas al mismísimo tiempo.
Me afeitaba el bigote, una de ellas (dice la mamma mía: mujer con bigote, no necesita dote. Siempre añado, no me extraña niente de niente, en este mundo imberbe que nos tocó en la rifa, la dote no la necesita porque no va a haber dios que la quiera con el bigote… para eso ya está Anzar y sus tabletas, dirá
¡Ay no! espera, hacía tres ahora que me de doy de cuen, también pensaba sobre lo que escuchaba.
¡Jopela! estoy que me salgo, tres cosas a la vez… lo nunca visto…
Hablaban de la presión; del trabajo, bajo presión; tomar decisiones, bajo presión; del estrés que provoca.
Para ami que te estaban en los mundos de Yupi, o en su defecto en sus mundos. Los “tertulianos” deben de venir de un mundo raro, raro, raro. ¿Pues no ponían como ejemplos de la presión a futbolistas, tenistas y tenistos, incluso políticas y políticos…?
¿Pero que carallo de presión es esa? ¿Saber que con lo que cobres en un mes, o en una hora, en un partido partido, en una carrera aunque sea rapidisísima, salir electo en un momento… tendrás la vida solucioná (monetariamente hablando, claro está)?
Vaya miérdaga.
La presión es otra cosita. ¿Si enfrento por allí una situación, y resulta que es por el otro lado? ¿Y sí resulta que en la decisión, además de intervenir yo, afecta a otras muchas situaciones personalmente personales?
Y no me toques los cogones. Sí en tu propia vida puede afectarte que alguien gane o pierda un partido partido (de tenis, de jurgol, o de lo que sea… a lo peor son unas elecciones lo ganado, hoy por hoy es lo que les importa, ganar, ellos ganan, nadie más…), vamos mal, quizá peor. O métete a político, deportista, inválido mental, o quizá a corredurista… Tú verás. Quizá te vaya más mejor.
Puede ser, o no.
Asín nos va con la miérdaga.
La felicidad está en la sala de espera de la felicidad. Brillante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario