miércoles, 20 de enero de 2010

Hoy, ayer, mañana.

Cortar el pelo quería desde hacía días. No conseguía decidirme.


Hoy, salí en busca de sustento vital. Verdura, pescado, fruta. Pasé por delante de “La Barbería”. Entré sin pensar, salí trasquilado. Muy contento no quedé, o si, aun no lo sé. Igualmente dejé propina, con no volver…

Con el pelo seco me peinó, imagínate. ¿El bichín de la familia Adams, ese que es solo pelo? Igualmente. Pero claro, mi pelo es como es y se empezó a cardar. A poco más no cabe nadie más. Cuenta se dio y enseguida lo mojó, eso o muerte morrida por asfixiamiento de pelo.

El resultado ¿me gusta, o me disgusta? Aun no lo sé, cualquiera cosa de las dos, puede ser.


Regresé al Yoga. Ayer.

Sales minerales, toxinas, malos humos, humores peores, solté.

¡Cuantísimo sudé!

Relajado, pleno, tranquilo al salir.

Salí, llovía bien. ¿Cojo el autobús?

¡Ah! Pues no, mojado ya estoy. Andando que te voy. ¿Qué más da? en la ducha me mojaré más.

Empapado, aguado, pleno, tranquilo, relajado, después de salir, llegué.

Dormí, duchadito, sequito y calentito, mejor que bien.


El ayer, por el hoy, me hizo decidir. Sentir.

¿El pelo? Superficial.

¿Hoy? Bien, gracias.

¿Mañana? Ya se verá.

3 comentarios:

  1. ¿TÚ CON EL PELO CORTO?

    ¿¡QUIEN ERES TÚ Y QUÉ HAS HECHO CON AMI, MONSTRUO?!
    ...
    ...
    Te tengo que ver yo...

    ResponderEliminar
  2. Así que te cortas el pelo cuando me toca a mí dejármelo largo, un jodío esquirol es lo que eres tú, hombre. Estoy con Kuru: eso hay que verlo.

    ResponderEliminar
  3. Tranquilidad. No se me arremolinen, para eso ya tengo el pelo. Unos dedillos corte, un poco las puntas. Ya sabéis, para sanear, no más.

    ResponderEliminar