miércoles, 13 de enero de 2010

Contracturado.

Por las partes de cuello. Ayer fatal, hoy mejor.

Fui al fisio. Clack, cataclak, crunch.

Igualito que una galleta crujiente, sonaba.

Al finalizar, dice: “bueno, se ha soltado bien pero ¿te guardas algo por decir?”

Pues no suelo callarme las cosas importantes, respondí.


Hoy, si lo sé, me callo.

“Es que a veces dices las cosas de una manera…”

Anda ya, que me voy a poner a dorar pildoritas ¿te lo crees?. Dije así, clarito, sin adornar: pues mira, aquí falta el justificante de pago de enero y marzo.

“¿Qué me estás llamando? ¿Moroso, me llamas?”

No te estoy llamando nada, solo digo que faltan.

Vete por ahí, tú y las películas que te montes, a la playa te puedes ir. Por supuesto, le cerré la puerta. ¿Discutir? Uy no, bonito, tengo otras cosas por hacer.


Clarito, para que nadie entienda.


Al rato, volvió, no él, a su mujer mandó: “¿ves? Aquí están. Es que a veces dices las cosas de una manera…”

¿Cómo carallo quieres que te diga qué aquí faltan? No estaban, o sea, faltaban ¿mejor así? ¿Lo mismito, pero al revés?


Callo, lo más importante que me apetecería decir no tengo a quién.

2 comentarios:

  1. WOW...
    Por una vez te has expresado con una SORPRENDENTE claridad...

    Podría darte un masaje cuando te vea, ami, gratis, no faltará nada, y, si no, piensa que yo no tengo esposa

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  2. Ya ves, Kuru, a veces se me cruza el cable y entro en cortocircuito. En esos momentos hasta me expreso con claridad.
    Muchas gracias por el ofrecimiento, pero casi mejor no acepto el masaje, majete. Es que mira que si se te da por sacar el lado gore hasta me puedes desnucar.
    De todas formas, gracias mil.
    Por otras partes, normal que no tengas esposa, a tu edad no conviene mucho, o casi nada, por no decir menos que cero.

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