lunes, 4 de mayo de 2009

Serrando leña.


(¿después del primero?)

Surgió la idea: “Gris de humo”.

Motosierras, no me gustan na de na.
Hacen ruido, mucho. Acalla, el ruido. No se escucha en el ruido, solo se oye.
Y de los otros humos grises, los no queridos, ni te cuento los que sueltan.
Malos humos grises.
Ahora bien, son de un útil que te cagas, para serrar principalmente. Paso de Texas.

Para alimentar la caldera.
Una tarde maravillosa. Azul, verde, amarillo.
Al aire, libre.
¿Esto es trabajar? Dirán que si, o que no. Sudamos, nos cansamos.
Disfruté mucho, y se me escurrió.

Alguna pausa hicimos. Pausa fotográfica.
Hice la afoto (otras muchas).
¡Tiene duende!
Al siguiente día recorrí, en busca de singulares florecillas.
No las encontré en lo recorrido.

Dice él:
-“Se ha muerto uno en la escalera”
Digo:
-“Sería deseable qué hubiese tenido una buena vida, henchida.”
Él dice:
-“Ha tenido una muerte feliz, de repente (una extraña, pienso yo).”
¿Qué pienso yo?

Tomo luz de luna.
“Gris de humo, blanco de luna”

¡Qué pequeñez!
¡Cuantísima grandeza!

¡Esta luna!
¡Grande!
¡Luminosa!
¡Viva!
Es.

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