¿Venderán algo para encontrar piezas de puzzle extraviadas?
Caminé hoy. Fui primero, vine después.
El clima está raro, raro, raro. Hacía un calorísimo al salir agobiante, aplastante. Me daban unas ganas de quedarme tal y como vine al mundo mundial, y tirarme al mar.
De repente el viento, la temperatura bajó. Menos mal que no me dejé llevar por el viento interior, sino pulmonía al canto.
- Quería darme de baja. Tuve que devolver el recibo dos veces, y ni con esas. Me llamaron no se cuántas veces, que tenían mal los datos.
¡Pues vaya mierda de datos tienen ustedes en el archivo, oiga!;
son los mismos que para cobrarme las facturas, y ahí estaban bien los jodios.
Más o menos dijo, mucho más simpático dicho.
Al volver, caminando me mojé, llovía.
Qué gustirrinín, el regadío.
Entré en la farmacia:
- Necesito una jeringuilla, es que tengo una Orquídea preciosilla.
Me miró asín, cómo raro: ¿Estará loco, se drogará?
La vida me droga.
Le expliqué.
Ella también tiene una Orquídea.
Quedamos de acuerdito, cómo te lo digo, este año florecieron antes.
Al hilo de lo escrito el otro día:
“… O deporte educa, crea alicientes, namora, ás veces fainos chorar e sobre todo crea líderes...”
No digo será mentira, es más, creo que es verdad.
En su día, lloré, me emocioné, me exalté con el deporte.
Hoy, ni flu, me deja frío.
Ya no comparto el enamoramiento por alguien corriendo detrás de un balón, ni por aquel dando raquetazos con ton y son, o el otro corriendo ¡Miles de millones! Entre tanto, ¿¡Tantos millones!? ¿Hambre en el mundo? Incomprensible para Ami.
Hoy soy de aquel que trabaja todos los días, aquel que vive la vida, aquel que se ocupa en hacer mejor día a día, la vida.
Soy de aquel Gris de Humo.
Hay muchos, no necesitan pedestales.
Al Pavo Real se le rompió la rama, y ahora tiene que dormir en el suelo.
Y sigue siendo Pavo, real como la vida misma.
Caminé hoy. Fui primero, vine después.
El clima está raro, raro, raro. Hacía un calorísimo al salir agobiante, aplastante. Me daban unas ganas de quedarme tal y como vine al mundo mundial, y tirarme al mar.
De repente el viento, la temperatura bajó. Menos mal que no me dejé llevar por el viento interior, sino pulmonía al canto.
- Quería darme de baja. Tuve que devolver el recibo dos veces, y ni con esas. Me llamaron no se cuántas veces, que tenían mal los datos.
¡Pues vaya mierda de datos tienen ustedes en el archivo, oiga!;
son los mismos que para cobrarme las facturas, y ahí estaban bien los jodios.
Más o menos dijo, mucho más simpático dicho.
Al volver, caminando me mojé, llovía.
Qué gustirrinín, el regadío.
Entré en la farmacia:
- Necesito una jeringuilla, es que tengo una Orquídea preciosilla.
Me miró asín, cómo raro: ¿Estará loco, se drogará?
La vida me droga.
Le expliqué.
Ella también tiene una Orquídea.
Quedamos de acuerdito, cómo te lo digo, este año florecieron antes.
Al hilo de lo escrito el otro día:
“… O deporte educa, crea alicientes, namora, ás veces fainos chorar e sobre todo crea líderes...”
No digo será mentira, es más, creo que es verdad.
En su día, lloré, me emocioné, me exalté con el deporte.
Hoy, ni flu, me deja frío.
Ya no comparto el enamoramiento por alguien corriendo detrás de un balón, ni por aquel dando raquetazos con ton y son, o el otro corriendo ¡Miles de millones! Entre tanto, ¿¡Tantos millones!? ¿Hambre en el mundo? Incomprensible para Ami.
Hoy soy de aquel que trabaja todos los días, aquel que vive la vida, aquel que se ocupa en hacer mejor día a día, la vida.
Soy de aquel Gris de Humo.
Hay muchos, no necesitan pedestales.
Al Pavo Real se le rompió la rama, y ahora tiene que dormir en el suelo.
Y sigue siendo Pavo, real como la vida misma.
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