viernes, 15 de mayo de 2009

Ocaso, de una flor.


Orquídea flor.
¿Un mes desde su albor?
Aproximadamente aproximado. ¿Qué importa?
El mismo cariño, el mismo cuidado contemplado, mimado.
Igual, en el ocaso.
Seguirá siendo bella en el momento que se desprenda.
Lo era, en el albor. En el apogeo, lo era.
Desprendida, lo será.
Conservará toda su belleza, sentida en otra delicadeza.

Sentir una flor, en su arraigo.
Nunca regalaré flores cortadas.
Lo hice, ya no lo haré.

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