Me levanté tempranito, aun no
había amanecido. Desayuné, con mis mejunjes varios, bien. Salí a pasear, a
celebralmente disfrutar que estoy vivo. En un día gris, finísima niebla (cuasi
imperceptible lluvia), gris querido. Con esa luz tan espacial, especial…
Este mismo árbol, tantas veces
lo vi, a su lado me senté tantas veces a lo largo del verano pasado…
Dueñas y Señores, creíamos ser
de aquel edificio…
Breve que te es el tiempo
realmente pertenecido
Pequeñísimas ventanas, abiertas
en puertas cerradas a cal y canto… siempre han de ganar los resquicios abiertos
a la esperanza
Vamos a respirar aquí y ahora.
La vida.
Ilusionante mañana.
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