Jasús, Jasús, hay cosas que no
convienen ser olvidadas.
Ayer fui al cine, hacía un buen
rato que no iba. Disfruté tantísimo, gustosísimo gustirrinín. Primera sesión de
la tarde, en la sala (con aforo para unas doscientas y pico personas, algunas
incluso humanas) unas diez butacas ocupadas… no sé cómo explicar, pero da
cierto aire de intimidad, pareciera que estuvieran actuando exclusivamente para
ti… sin estar rodeados de monstruos come plásticos y palomitas.
Bueno, vale, no voy a mentir.
Pedí palomitas pero, a los dos minutos de pinícula, las dejé aparcadas. No
necesitaba más alimento, me llenaba lo visto y escuchado.
Deliciosa actuación, interesantísimo
guión basado en hechos reales, los pelines cerebrales ejerciendo su función
(nada más que de pensar y de pensar, tanta enjundia entre líneas…)… Pues así, alguien
que, quizá salvó a la humanidad y acabó devorado por ella… intransigencias,
incomprensiones, inhumanidades, genios, mortales, humanos, débiles, fuertes,
razones, sin razones…
Sus recomiendo,
encarecidamente, el visionado y escuchado de una pinícula interesantísima: “The
Imitation Game (Descifrando Enigma)”.
Quizá sus guste, o ni de lejos.
Sí, rotundo, por mis partes.
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