miércoles, 18 de marzo de 2009

...sueños son.







Leones, vuelos, fuegos, piscinas, lluvias…

Llevo soñando varias noches. Y no recuerdo bien.

Anoche soñé volar, mucho volé.

Estaba en la casa de mi hermana querida. Esa persona, única en este mundo que conozca, sólo ella puede sacarme de mis casillas con decir dos frases :”Juan, así vas mal, por ese camino no” Sabrá ella cual es mi camino… “Esa rabia interior que tienes…”. En fin, querida al fin.
Allí estaba, ayudándole a construir una piscina de aguas cristalinas azulinas.
La piscina ya estaba hecha y llena de agua límpida.
Mi querido hermano y yo (ese que respeta profundamente mi vida, mi querido hermano, sin más, ni menos) cavábamos una zanja alrededor para meter unos tubos de drenaje. En esto, un tubo se cuela dentro de la piscina ya hecha, ya llena de agua cristalina azulina. Mi hermana se tira de cabeza, nadando cual delfina, y la lleva al otro lado de la piscina.
Empiezo a volar, me elevo, me elevo más.
Al comienzo del vuelo tengo miedo. No lo controlo. Subo en una espiral, cojo velocidad, me asusto. Maniobro, extiendo brazos, sigo subiendo en espiral, reduciendo velocidad. Utilizo manos, ¡Tengo control de vuelo!
Y vueloooooo.
Parece que llevo, no sé, agua cristalina, límpida, azulina agua llevo. Y lluevo, la cantidad justa donde quiero.

A veces me nublo y lluevo.

Controlo el vuelo, aterrizo cuando y como quiero.

Sueño fue, en otro…

Una pareja de leones, andan sueltos. Se escaparon ¿de dónde?
No me dan miedos.
¿Los persigo a ellos, o ellos a mí?
No lo sé. Miedos no me dan.

Apago fuegos, primero comienzan, en el tercero.

Y sueños son.
La vida está hecha de realidades.

¿La realidad está hecha de sueños conseguidos, de sueños no conseguidos?

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