“Debo irme y vivir, o quedarme y morir.
Ponte en mí piel”
Bonita pinícula.
Blancos níveos, negros negrísimos.
Tortuga.
Caparazón.
No sé ¿Está, o no está?
El libro se quedó abierto en el plexo solar, en el Corazón.
Baila.
¿Abierto, cerrado?
Nunca más, siempre yo. No ser, otro ser. Siempre ami.
Soy siendo.
Quiero volver al campo, a sembrar patatas para poder cantar: Que ricos están los filéteques, tomados con las patácolas, carallo como te fártolas, espera que voy por ti.
Microcerebros, es lo que abunda mucho.
A los mandamases ahora se les da por regular permisos laborales que vienen recogidos en leyes, convenios y demás matraca legal. Incluso se atreven a ir en contra de la ley, los mandamases.
Pues vienen los sindicatos y en vez de pararles los pieses, no se les ocurre otra cosa que crear micromegas para negociar. ¿Pero negociar lo qué? Es que me ponen de una mala leche. Hacerles cumplir la ley, y punto, coño ya.
Estamos apañados, los trabajadores, con estos sindicatos llenos de microcerebros. A todos ellos los mandaba yo a pastar. Mejor dicho, de hecho ya lo he hecho. A pastar los mandé y me desafilié. Tan agustito quedé. Yo sí, me liberé.
Jueves 26 de marzo de 2.009.
“Esa sensación”.
Preciosa sensación, siempre vívida.
No siempre vivida.
¡Ándele, ándele, arriba, arriba e alá vou!
¡Vacaciones!
Ou, ou, ou, ye.
¡Jasús dios mio, madre mía de mis entretelas y entrepaños! ¡Cuantísimo las necesitaba, las necesito!
Según Gonzalín en el ser humano existe una génera y un género, a saber: Primero están las feleminas; y luego están los otros, los sexuales.
Fíjate que hoy un gorrión se posó, con cautela, cerca de ami. Con curiosidad me miraba, desde un perfil. Pío, pío, me contaba. Revoloteó alredor, a una escalera se fue a posar, cerca de ami, en el otro perfil. Seguía mirando con curiosidad. ¿Cantaba, contaba? Pío, pío. Acompañado me sentí.
El otro día. Desde la ventana vi, escuché, hasta creí entender. Dos gatos en la calle, miaban, maullaban. Hasta creí entender lo que decían.
Cosas más raras, o no.
Animalín, ami.
Pues hala, a preparar una cena para mañana.
De primerín, unos entrantillos. Veremos cuales, según lo que haya.
De segundo, plato único. Unos rollitos de pasta brick al horno, rellenitos de cosillas.
Luego ya vendrá el postre, si quiere venir claro. Piña naturalmente natural, fresas, nata, todo ello bañado en sutil chocolate calientito.
Ya va, ya va, un poquito de por favor. Está subiendo el café. Que prisas. Tranquilidad que te estoy vacacional.
Pues eso, gracias a eso hoy no reventé, no reviento, no me hipohuracano.
Para empezar, ayer de noche. ¿No te jeringa y vuelve otra vez con él? Igualito le es lo que le digan. Ella en posesión de la verdad, la suya claro, pasándose la de los demás por el forro. Aquí importo yo, yo y después también yo. ¿Qué, mi vida afecta a la de los demás, a mis descendientes y ascendientes? Pues que se jeringuen ellos, oye. YO, es lo importante. En fin, sin remedio. Por mis partes, hasta aquí, ahora ya sí (¿está bien acentuado asín?), ya no más.
Hoy el día empieza amaneciendo, muy raro no es.
Le toca conducir a la mis la más, o sea, la mar muerta (ella, sin vida propia. Pero la nena, me decía loca de pasión, nos toca el violín). Para amenizar el viaje, música de violín. Pues mira, que quieres que te diga, una mierda pinchada en un palo. No, no es que no me guste el violín. Claro, una cosa es que te guste la música clásica, otra cosa muy distinta es que guste escuchar la música de Barrio Sésamo, o cosas parecidas, tocada al violín… por no decir que a las siete y poco de la matiné lo que tocan son los co..nes. Es igual, esta otra también disfruta con lo suyo, hasta sigue el ritmo con la cabeza (lala, lalalá, lalalalala, lalalá…). Por favor…
Incluso llegar al innombrable lugar resulta un descanso después de una torturilla cerebral a través de los oídos.
En las primeras horas va mejorando el panorama. Van llegando:
Uno, sinceramente: Buenos días, guapísima ¿Qué tal estás?
Guapísima: Oyyy, gracias, muy bien, ayer corté el pelo.
Uno: ya te veo, ya. Estás muy linda.
Guapísima: muchas gracias, guapo.
Llegan más, todos saludan respetuosos, atentos, correspondidos.
¿Espejismos? No, realidades.
Ahora bien, llega alguien que no debería estar en ese lugar. Lo trastoca todo porque está loco, literalmente loco. Se cruza porque está loco, Rompe un cristal, no contento con eso coge un trozo y se raja un brazo. Sangra, sangra y más. Mira, menos mal que no se le dio por rajar a otro… bien podría, está loco.
De sobras saben como está el loco allá en el despacho. Una mierda le importa… mientras no le toque a ella, claro. En su bunker se cree inalcanzable. Algún día tendrá lo que se merece, y no menos de lo que se merece.
Ante todo, mucha calma.
En tiempos, en lugares, en situaciones adversas.
Relajación, visión, respiración.
Primero para allí que te fui. Larguisisisísima se me hizo la ida. Cosa del centrifugue de la lavadora propia, el alargamiento. Además unas no paraban de largar, trabajo, del trabajo y poco más. Menos mal que después de decir lo ¿contentas y satisfechas? que estaban, hablaron de calabazas. Joder, pensaba, haber empezado por ahí… tanto rodeo. Mucho mejor cocinar una crema de calabazas.
Llegué, estando allí.
¿Y ami? Quería más tiempo para estar, para compartir. No solo para okupar.
Maravilloso tiempo. Es que de lo bueno lo mejor siempre se quiere más. Placer. Abrazos. Besos. Cariño sentido. Escuchado, quizá comprendido. Conectado. Removido.
Escuché, comprendí, me equivoqué, equivocado.
Sooo, mula, no te quedes ahí enganchada en la cuerda, sin ver más allá ¿una palabra?
¿Hayku?
Seré ¿lo qué?
Clicando siento ser.
Una nube, luego charco.
Las estaciones.
¿Cambios por aquí? No lo sé. No reparé en ello. Si sale así, se me escurré por los laterales hasta las teclas, pues será así, se me escurre así.
Supongo que serán cosas de las estaciones.
Anoche lo pasé mejor que bien. Tenía mis dudas…
Me desahogué. Dije lo que hacía tiempo quería decir a quiénes quería decírselo. Encontré un aparte para expresar. ¡Qué bien cuando es bien!
Otras cosas me perdí. No puede ser estar en dos sitios a la vez, imposible ble.
Claro, en esta ocasión bailé ¿sus lo podéis de creer? ¡Hasta ligué! No era el momento ni el lugar para ello, oye. A pastar… ami.
Os presento unas afotos hacidas con la camarita cuasi nuevecita. Me encanta, me rechifla. ¡Qué calidez, cuantísima calidad! La humanidad existe ¡Sois vos!
Quizá, no lo apreciéis. Yo si.
Echando de menos. Os echo en falta. ¡Que tiempitos más raritos!
Anastasiado quedé.
A veces, solo a veces.
Solo, siempre solo. Acompañado. ¿Entendéis alguna cosa que escribo?
Para vosotros ustedes, respeto.
Por cierto, pregunta par ti ¿notas diferencias?