En principio era un menú rígido, escrito está.
Es igual, varió.
Creo, para mejor.
¿Rigidez?
Por favor,¡No!
Anquilosa, atrofia.
Mu malamente asín, robóticos.
¿Puedo? Pruebo.
Intento, poner la pierna detrás de la oréjula, más mejor.
Mejorante esencial, la movilidad.
Siento que me muevo.
¿Variaciones?
Te las cuento:
El intermedio entre primer y segun se convierte en: sor presa, sor vete por ahí, de limión al champlán. En esencia, mismamente.
Los solomillos, siguen siendo de cerdo a la plancha pero ahorita, se les da a ellos por ser de Teruel (también existe). Cambia el acompañamiento,
¡Qué textura! ¡Increíble ble! Suave, esponjosa, dorada, al meterlas en la boca, ellas solas se deshacemmm...
Hallazgo impresionante: fruta gratinada.
¿Salsa de Mango? Ni sus ocurra eliminarla, hombre por dos ¿qué sería de vos?
En fin, parece ser que al relleno de las milhojas de chocolate, se les acopló un poco de toffe por que le apeteció mismamente a él (quizás a mi).
El Champlán quiso cambiar de lugar e irse al intermedio.
Su lugar lo ocupará (no lo pienso probar) licor de chocolate blanco, que empalago aunque se llame Mozart.
Claro es, redondo de ternera acabaremos, algunos durmiendo con los pieses en los suelos.
BESOS DE AGUA, ABRAZOS, MORDISCOS, CARIÑO, LARGA Y PRÓSPERA EXISTENCIA OS DESEO.
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