martes, 6 de octubre de 2009

¿En un museo?

Tú si deberías estar en un museo. En uno de los horrores, o de las mentiras, o de las podredumbres.

No te confundas, Ami juega limpio, jamás tú.

Pues a jugar, ¿Adivinas el precio susto? A ver si tienes lo que hay que tener para razonarme por escrito lo que hoy me dijiste de viva y viperina voz.

Órdago a la grandísima hija de la gran chingá.

Escrito que te va.

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