sábado, 28 de julio de 2012

Crítica astronómica


 (uy, que me falta la g, ya vuelve la disléxica que llevo dentro a emerger y querer campar a sus anchas… ¿Queee? ¿Gorda yo? Noooo, soooorda … ¡Ah, bueno!)

 ¿Qué quieres que te diga? Pues eso no te lo voy a decir…

 De primero: unos mejillones en concha de Vieiras gratinados al horno… Pues mira, a lo mejor los mejillones cambiaron de opinión por el camino y decidieron volverse a la mar salá, desde luego yo no los encontré en la concha que, al menos ésta sí, era de Vieira…
 Y a pesar de la ausencia mejillonil, estaba bastante comestible el primero… ¿Para nota? Pues ahí ya no te sé, para comer sí sin llegar hasta el orgasmo de las papilas gustativas.

 De segundo (cosa rara en mis mismidades, pero me apeteció carne): solomillo de cerdo envuelto en tiras de beicon, con patatas panaderas y salsa de champiñones…
 Uy, que me pierdo, céntrate (y una mierdísima pinchada en un palísimo, ¿a estas alturas, siendo bajito, me voy a moderar? No me da la gana)… Al solomillo un poquito más de hechura le vendría incluso bien, sin estar crudo puesto que no lo estaba… Las patatas estaban como tienen que estar las patatas, riquisísimas estaban las patácolas…¿Y la salsa de champiñones? Seguro que sobraba, sí lo sé voy igual y pido lo mismo pero sin salsa y con solo los champiñones… Que manía persecutoria tienen en los sitios del comer contra las papilas del gusto, enmascarando y embadurnándolo too con salsas que no dejan distinguir el sabor de cada cosa…

 ¿Postre? Uy, no gracias… sí estoy así de sorda es porque me gusta comer.

 Agua fresquita de beber, acompañada de un vino delicioso de Cádiz ¿en el nombre del vino? No preguntes que no recuerdo… ¿Pero en Cádiz hacen vinos? Parece ser que sí, y nada mal al menos éste.

 Por que para disfrutar del condumio lo más mejor que hay es la compañía, en agradabilísima compañía todo sabe más mejor… en agradabilisísima compañía esta crítica

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