¿Sin sentido?
Con lo queeeé, ¿me asusta el tren?…
No, me asusta el llegar a la estación y que ya no estén
Y hablé. Me gustó mucho más… Tantísimo me asustaba…
Regresé, volví. Una sencilla conversación.
Cuentacuentos.
Resulta que mismamente hoy mancuentro radiopatio, Maricoti mancuentro…
Érase una vez que se era…
En aquellos tiempos viajábamos juntos, pero sin revolvernos en contra… Menos mal, sino: fatal, fatal, fatal… o peorísimo acabaríamos.
Os hablé de ella ya: de las Misssseeeesss, la másss superhipermega… es que tengo una hija en la université en otra ciudad; verás si tengo nivel; otra más tengo, que nos estudia violón en el conservatorio de la musicalité; con el nivelisísimo que eso da entre los círculos (claro que el nivelisísimo que da será entre los círculos, porque entre los que somos cuadriculados y no nos creemos asegún que pajas mentales que te vengas haciendito… JA); dos hijísimas y un maridísimo, a eso llamas tú una carga familiar…
Pues en cierta ocasión hace dos años al menos, decía ella: “es que estoy muy estresadísima y no me da el tiempo para más; dos hijísimas que tengo y un maridísimo al que atender; cargas familiares…”
Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí: dije mismamente en otras palabras… Traduciendo, que es gerundio: es que mismamente tengo, sin ir más lejos, en casa unas plantas que requieren tanta atención cómo tus cargas familiares…
El acabose, después de al menos dos años me enteré: “jamás se lo perdonaré, mira que comparar a “mis cargas familiares con sus plantas… Jamás de los jamases se lo perdonaré”… Hete mismamente allí que ni me saludó… ya ves que depresión… Poco rencorosa ella, oye… Después de la tira sin decirme nada… aun con retintín diciéndoselas…
Prefiero tener mil veces toneladas de familia pesadas, a tener “cargas”
Un huevo de avión.
En el fondo del mar…
Matarilerilerile…
Fíjate tú, tenía pensado no votar. Dudaba (que raro…) entre no votar o hacerlo en blanco. Pero no me da la gana no votar...
Pienso votar nulo, no me abstengo ni en blanco. Ya tengo el voto escrito: “todos los políticos, en el fondo del mar matarilerilerile, quisiera ver yo; o más mejor, en una llanura abisal; o a lo más peor en una fosa mariana, allá donde no se sabe bien lo que te hay, pero sin dudar la presión les aplastaría el celebro de haberse conocido entre ellos…”
Es que te soy del pensar de que si te Cayo (Mario, el anterior al Cesar…) otorgo. Y no me da la gana, protestante siempre (imagínate, en aquellos tiempitos era conocido como el rajador, siempre rajando, protestando siempre; conste que era muy dificilísimo protestar allí, en aquel tiempo vivido por mismamente… jasús, mira que cosas se me vienen a los recuerdos… debo de ir siendo mayormente…)
Pues eso, no me da la gana de otorgar, el blanco no me disgusta, pero prefiero el colorín del discrepamiento. Así que: matarilerilerile, ese será un voto, el propio. Nulo, para que ni unos, ni otros, ni los de acullá puedan beneficiarse.
Ahorita mismo me pongo: voy a hacer unas lentejas para alimentarme mañana; con un reposo saben más mejor, saboreo de que; claro que si no las quieres, las dejas; no pienso echarles chorizo; es que te estoy asín como raro, últimamente no me apetece nada de nada el comer animales muertos… Bueno ¿y qué si llevan judías, o unas espinacas, incluso tomates unas lentejas? Pues eso, si no las quieres, las dejas…
Matarilerilerón.
Viaje inesperado.
Por la mañanita, en el tren… Había olvidado el placer de viajar en tren…
Por cierto, puesto que lo es: ayer preparé el batido de fresas con lima caramelizada a la sorpresa, sorpresa de toffe. Ligero, sabroso, refrescante. Se podrá mejorar aun así, seguro.
(Tracatrá del tren…)
En tren que nos fuimos para el campus de
Asistía invitada a una clase (yo como oyente, para que no espante, ella era la invitada oradora) de un Master sobre educación solidaria. Ya ves yo, sin carrera ni naaa, asistiendo a un “Master del Universo” en tren…
¿sabes el cuento, non si? Por si no lo sabes, te lo cuento.
Resulta que va Caperucita Roja por el bosque a casa de su abuelita, tralalí tralalá, cual sutil mariposilla posándose en las flores silvestres del bosque... Cuando de repente, se encuentra a Don Lobo Feroz que le pregunta, intigaillo de verla tan feliz y coquetuela:
“ Hola Caperucita ¿a dónde vas tan vivaracha, a la par que contenta, hermosa?”...
Y ella, de las mises en belleza y apostura, la máss, respondiole sin despeinarse siquiera:
“Vou lavar a perracha ó río”...
Él, ¡Feroz, Lobo Feroz!, no pudo menos que exclamar en completa sorpresa:
“¡Carallo, como cambiou o conto!”
Pues eso, que te voy a contar que no sepas, o en su defecto pudieras imaginar ya.
Entrando dentro de lo razonable que pudo pasar, es lo que pasó.
La primerilla en la frentecilla, oye. Tururú que te vi, lo que pasó.... Por el momento, luego después ya veremos a ver lo que acontece para poder decir lo que pasó.
Vuelo solitario
Sigue sin llover. Se va nublando poco a poco, de repente todo negrísimo, pero no llueve. Hace tiempo que no llueve, cosa rara por aquí…
Agotado, pensaba mientra volvía, muchos estarán viendo partidos sinsentidos como si les fuera algo en ello… Más allá se ufanan de haber acabado con una vida humana… sinsentidos… Luego vendrán, pues tú más, consecuencias que no quiero ni imaginar…
Mientras tanto, pensaba: se perderán entre luces artificioides, sin ver una luz espectacular, natural, crepuscular… ¿O quizás seré, mismamente, el perdio, que tuve que parar porque no quise evitar parar?
Pues así que te es, paré en el arcén sin más