"Un día habíase quedado Zaratustra dormido debajo de una higuera, pues hacía calor, y había colocado sus brazos sobre el rostro. Entonces vino una víbora y le picó en el cuello, de modo que Zaratustra se despertó gritando de dolor. Al retirar el brazo del rostro vio a la serpiente: ésta reconoció entonces los ojos de Zaratustra, dio la vuelta torpemente y quiso marcharse. "¡No, dijo Zaratustra; todavía no has recibido mi agradecimiento! Me has despertado a tiempo, mi camino es todavía largo". "Tu camino es ya corto, dijo la víbora con tristeza; mi veneno mata". Zaratustra sonrió. "¿En alguna ocasión ha muerto un dragón por el veneno de una serpiente?- dijo. ¡Pero toma de nuevo tu veneno! No eres bastante rica para regalármelo". Entonces la vibora se lanzó otra vez alrededor de su cuello y le lamió la herida.
"Un día habíase quedado Zaratustra dormido debajo de una higuera, pues hacía calor, y había colocado sus brazos sobre el rostro. Entonces vino una víbora y le picó en el cuello, de modo que Zaratustra se despertó gritando de dolor. Al retirar el brazo del rostro vio a la serpiente: ésta reconoció entonces los ojos de Zaratustra, dio la vuelta torpemente y quiso marcharse. "¡No, dijo Zaratustra; todavía no has recibido mi agradecimiento! Me has despertado a tiempo, mi camino es todavía largo". "Tu camino es ya corto, dijo la víbora con tristeza; mi veneno mata". Zaratustra sonrió. "¿En alguna ocasión ha muerto un dragón por el veneno de una serpiente?- dijo. ¡Pero toma de nuevo tu veneno! No eres bastante rica para regalármelo". Entonces la vibora se lanzó otra vez alrededor de su cuello y le lamió la herida.
ResponderEliminar