viernes, 4 de junio de 2010

Muiñeira.


A todo esto ¿Qué tendrá que ver el amarillo? Solo que me encanta, me rechifla, me pone majareta. Armonía del ser, equilibrio.

Será que el propio equilibrio y la armonía está en el amarillo, puede ser.

La relación con los demás, morada de la personalidad. Detectar qué me llega, quién me llega… Amarillo.

Armonía, esencia de la vida.





Entre dos nos relataron la historia. Interesante, amena y divertida, la historia contada.

La “Muiñeria” es una danza popular gallega.

Nacida en los muiños (por otros andurriales también llamados molinos).

Resulta el asunto: mientras se molía el trigo para hacer la harina, en el interín se cantaba y bailaba (además de otras cosas que tenían unas consecuencias más tardías, a nueve meses vista en un aproximar aproximativo…aunque no siempre); el proceso era largo, y como no había pubs ni cervecerías; las “vinotecas”, esos sitios tan fisnos, se llevaban puestas en las botas…; allí mismito pasaban el rato y se divertían. En los muíños.

Vamos, para vivirlo. Teniendo en cuenta lo durísimo que debía de ser esa vida, una vez al año no haría daño, mientras se esperaba, bailar un rato…

Por un lado salía la harina recién molida, por el otro salía el salvado que, entre otras cosas, va muy requetebién para evacuar.

Asín, después de preparar el campo para sembrar, sembrar, preocuparse de lo sembrado, una vez en su punto recolectar y todo lo demás; iban, mientras disponían de un rato libre bailaban y se divertían.

Un tercio de lo llevado a moler se quedaban los molineros y las molineras. Ríete tú de los bancos…





De ahí las “muiñeiras”. Principalmente, agua aquí.

Muiños de auga.

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