domingo, 9 de mayo de 2010

No voy.

Si por una casualidad, de esas de toda la life, alguien sigue esto ya sabrá que al final me invitó a su boda.

Mira, a ami, las bodas ni fu ni fa. Ahora bien, el hecho de que se quieran casar sencillamente porque así lo quieren, me parece estupendísimo. Disfruto, me hace feliz, con la felicidad de los demás, sí logran algo que quieren me siento pleno, dichoso, alegre por ellos.

De natural soy carñosín. En esos momentos de felicidad, suelo dar besos y abrazos. Y para que engañarnos, en el suponer de tomar una copa de vino, u dos, pues mucho más.

Tampoco sus vayáis a pensar que te soy un borrachín. Lo cierto, no os engañéis, es que el alcohol desinhibe, es así. Mil veces preferiría desinhibirme de natural mente, sin necesidad de nada más. Pero mi de mente a veces no me deja ser de natural mente.

Ni mucho menos penséis (nada más lejos que el hecho de intentar que penséis lo que yo quiera, simplemente pensad lo que queráis, tan sólo intento explicar) que detrás de esos besos y abrazos existan razones más allá. Tan solo me siento feliz y lo demuestro, expresando cariño, besos y abrazos.

¡Cariño, besos, abrazos!

Parece ser, a ella se lo parece, que los besos y abrazos deben de ser una cosa mu malamente, acaso de lo peorísimo de esta vida.

Me llamó, el jueves por la tarde, aproximadamente (la esencia de lo que dijo es esta que a continuación explico sin citar palabras exactas, así la sentí) me soltó sin anestesia ni na: Por cierto, el día de mí Boda ni se te ocurra ser como tú eres; no empieces a dar besos y abrazos; a ser cariñosín; ni se te ocurra ser quién eres; reprime tu alegría; el cariño, lo guardas en el bolsillo; los besos, a mí ¡ni se te ocurra antes de las fotos!; algunas cosas más me dijo.

TRADUCIDO A LA COMPRENSIÓN de ami: ni se te escurra ser realmente como eres. Reprímete, traiciónate a ti mismo.

Perfectamente sabe, me conoce… No voy.

No puedo traicionarla. No puedo ir. No pienso comportarme como no soy. Sí se diera el caso, seguro que se daría (¿o no?), de verte “realizada” plena y feliz; ten por seguro que sería feliz contigo. Pero como soy, de otra manera no podría asistir. No quiero estropearte el día llevando algo imperfecto para ti. Bueno, sí podría: Pero no quiero, no puedo, y no me da la gana. Ya pasé por allí, ya fui quien no soy. También lo sabes tú. ¿Realmente me pides que vuelva allí? No puedo. No quiero. No me da la gana.

Con todas mis virtudes (si es que alguna hay) iría. Todos los defectos los llevaría (de éstos tengo muchos, te lo digo yo), aunque jamás consideraré un horror alegrarse y demostrar cariño hacía los demás… pienso de que.

No voy.

2 comentarios:

  1. Ya lo explicaste en la cena del viernes, y me parece muy loable tu decisión, amigo ami, que nadie te reprima (Ni tus virtudes ni tus defectos...)

    Salu2

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  2. Muy comprensible, pero igual algo excesivo. ¿Habías contado hasta 10 (o quizá hasta 10.000) antes de tomar esa decisión? En ocasiones, la gente solo se casa una vez.

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