Igualito que si os contara un cuento.
Los cuentos ¿Creéis en ellos?
Y lo que no cuento…
Igualito que si os contara un cuento.
Los cuentos ¿Creéis en ellos?
Y lo que no cuento…
…al anterior… ¡Tacháaaaan, tachaaaannntaaaaataaachannnn!
Foda, uy pendón, en que estaría pensando yo (naieno nanienooo).
Boda, quería decir. Ellos sabrán como pasaron la noche de, después de irse a lo suyo, al matrimoño…
Parte de su familia es musical. Algunos ¡cantan de bien! ¡Un placer escuchar! Tocan el órgano mejor, de verdad de la buena, para escuchar. Aunque otros se dediquen a dar el cante, y tocar las narices…
Un solpor temprano. Luego, no pude hacer más. La hermana del impresentable me pidió por favor un favor. Bien sabía a quien se lo pedía. Se lo hice porque quiero. Quiero.
¿Sabrán el significado del querer? Apetecía lo mismo que nada, pero a veces pienso en los demás más que en ami (sabía lo que venía detrás).
No pensaba, ni pienso, amargar sentimientos, sobre todo a ellos. Su día es.
Todo bien. Si no hubiese ido me arrepentiría siempre, seguro. Me alegro muy mucho de haber ido.
¿Quedarme por un malentendido? A veces oímos lo que nos da la gana, pero no escuchamos lo que nos están diciendo.
Está bien preguntar para aclarar. Así lo hice y escuché lo que decía.
Después, al hotel elegido por ami que te voy. No está nada mal el “aroi”. Sus lo recomiendo en el suponer de que vais a Ponferrada. Acogedor. Con sus defectillos, como todo. ¿Algo ferpecto?
Llegué un día antes. Primera parada en el lugar elegido por ellos, oye. Con las ganas quedé de visitar el claustro. No se podía, convento de clausura. Me encantan los claustros. Existen espacios interiores bellísimos.
Bonitísimo lugar elegido...
¡Bonitísimo lugar!
¿Non si?
Pero ¿estás seguro? Mira que estamos en mayo. Sin lugar a dudas, sin ser navidad, ¡NOCHE BUENA!
Le dije: mira que te soy muy rarito. Me contestó: no, aunque casi ni te conozca, de hecho ni nos han presentado, no eres rarito, eres especial. No dije nada más, me tocó allí en los adentros.
Toqué un brazo, sin premeditación ni alevosía… Vaaaale, con nocturnidad sí pero solo porque era de noche. ¡Una energía sentí! Se me pusieron los pelines cerebrales como escarpias.
¡Que lástima! No nos presentaron, ni una palabrita del niño Jesús cruzamos.
Borracho y fino, ami.
Me dijo: ¡Déjate!
¿Tas loco o que te pasa? Le contesté. Anda, anda, que no andas na. Como si no te conociese ya, por ti lo único que me dejo es, mismamente, cero mil cero cientos cero cero. ¿Clarito?
En lugar así, nada tiene que ver el sentimiento ponferradino contigo. No.
Anda y que te vayan dando.
…¿si fueras oriundo de un lugar llamado “O Cando”: serías “candiense” o “candiano”?
Por curiosidad ¿Cuál sus gusta más?
O candarino...
Se admiten sugerencias. Es que te estoy elaborando una encuesta.
Recién empiezo, como que se me acaba de escurrir...
…solo una.
Bueno, u dos.
Esas flores peligrosas. Las Digitalinas. Son peligrosas, sí, pero no por tener alguna avíspula o abéjula en el interior del capullo.
Mira: uno que te es de dónde esté y suele fijarse en las cosas del fijarse de caruno, nunca ha visto una abéjula o avíspula en los interiores de esta florecilla. ¡No te jeringa! Ellas, ¡sí, ja! es que te saben que son venenosillas, y que si las liban malo malo.
Por esta razón, y no otra, queridos oyentes:
Otras las acompañan. Flores silvestres.
¿Voluble?
¿Variable?
Puede ser. Es lo que te tiene el ser sí, pero no.
Con alguna virtud, existente o no. Defectillos a tutiplén, según para quién.
Defectos, virtudes: variables y volubles, según para quién.
Seguiré sin considerar un horror alegrarse por los demás. ¿Demostrar cariño con besos y abrazos, si más?
Pues bueno, pues fale, pues de acuerdito. Sí no entienden na de na, peor para ellos, oye. Respetando yo, iré.
Agua.
Es que solo podía pensar en el dolor que sentía. Veía la letra “D”.
Me salió así, al cambiar de postura: Es que me maredo del dolor.
Unas risas que se hicieron, se me pasó el dolor, me reí también, tan bien me reí…
Que gusto esos momentitos en los que se ríen con uno, nunca de uno.
Naranja mandarina, con un punto verde-amarillo, cuando la mandarina no está madura todavía, ese es el color sentido hoy.
Si por una casualidad, de esas de toda la life, alguien sigue esto ya sabrá que al final me invitó a su boda.
Mira, a ami, las bodas ni fu ni fa. Ahora bien, el hecho de que se quieran casar sencillamente porque así lo quieren, me parece estupendísimo. Disfruto, me hace feliz, con la felicidad de los demás, sí logran algo que quieren me siento pleno, dichoso, alegre por ellos.
De natural soy carñosín. En esos momentos de felicidad, suelo dar besos y abrazos. Y para que engañarnos, en el suponer de tomar una copa de vino, u dos, pues mucho más.
Tampoco sus vayáis a pensar que te soy un borrachín. Lo cierto, no os engañéis, es que el alcohol desinhibe, es así. Mil veces preferiría desinhibirme de natural mente, sin necesidad de nada más. Pero mi de mente a veces no me deja ser de natural mente.
Ni mucho menos penséis (nada más lejos que el hecho de intentar que penséis lo que yo quiera, simplemente pensad lo que queráis, tan sólo intento explicar) que detrás de esos besos y abrazos existan razones más allá. Tan solo me siento feliz y lo demuestro, expresando cariño, besos y abrazos.
¡Cariño, besos, abrazos!
Parece ser, a ella se lo parece, que los besos y abrazos deben de ser una cosa mu malamente, acaso de lo peorísimo de esta vida.
Me llamó, el jueves por la tarde, aproximadamente (la esencia de lo que dijo es esta que a continuación explico sin citar palabras exactas, así la sentí) me soltó sin anestesia ni na: Por cierto, el día de mí Boda ni se te ocurra ser como tú eres; no empieces a dar besos y abrazos; a ser cariñosín; ni se te ocurra ser quién eres; reprime tu alegría; el cariño, lo guardas en el bolsillo; los besos, a mí ¡ni se te ocurra antes de las fotos!; algunas cosas más me dijo.
TRADUCIDO A
Perfectamente sabe, me conoce… No voy.
No puedo traicionarla. No puedo ir. No pienso comportarme como no soy. Sí se diera el caso, seguro que se daría (¿o no?), de verte “realizada” plena y feliz; ten por seguro que sería feliz contigo. Pero como soy, de otra manera no podría asistir. No quiero estropearte el día llevando algo imperfecto para ti. Bueno, sí podría: Pero no quiero, no puedo, y no me da la gana. Ya pasé por allí, ya fui quien no soy. También lo sabes tú. ¿Realmente me pides que vuelva allí? No puedo. No quiero. No me da la gana.
Con todas mis virtudes (si es que alguna hay) iría. Todos los defectos los llevaría (de éstos tengo muchos, te lo digo yo), aunque jamás consideraré un horror alegrarse y demostrar cariño hacía los demás… pienso de que.
No voy.
Hay días así.
Sonó el despertador, el muy jodío. Un mundo me costó (de sueños…) apagarlo y no pasar. Según me levanté, en ese mismo momento, me crucé. Un enfado descomunal, vete a saber el por qué. Para arreglarlo viene el colacao, impulsado por la cuchara con la ayuda de un sin querer de la muñeca, volando se esparce por la mesa y se quiere escapar de la taza. De hecho se escapa, lo pone todo perdido. Cabreo al cuadrado. Mal, me parece mal, el día que me espera.
Nada más llegar, prevista reunión de la banda del moco podre.
Fíjate. Pensaba que peor no podría ser. Al revés, me alegró el día. Intentando atacar, fortalecen a ami. ¡Anda ya que a estas alturas! ¿Entrar al trapo? Atácate tú, yo aquí sentadito que te estoy en la silla más bajita… así de tranquilo.
Carallo, como cambiou o conto.
El día cambió ¿Será por los verdes? Increíble ble.