sábado, 21 de diciembre de 2013

Los pelines cerebrales cual escarpias.

Fíjate, no me puse a llorar de puritito milagrito...

Hasta allí, en los profundos adentros, me llegó la virtuosa interpretación de una pieza musical al piano… Creo que no fui el único que así sintió, aplausos prolongadísimos del todísimo auditorio presente… ocupaba ya la intérprete, unos momentos antes al piano, la butaca de oyente y seguían los aplausos en su honor.
Emocionante interpretación de una pieza musical al piano…

¿A las propias entendederas? Dificilísima pieza a tocar… un ritmo frenético en la mano derecha al acariciar (contundentemente) las teclas de un piano; acompañado de un sutil, delicado, ritmo lento y acompasado en la mano izquierda al tocar…


No sé describir con palabras la emoción sentida ante el virtuosismo  al interpretar al piano… de hecho (para muestra un botón, o un blog botón) no te sé (o nótese que no sé) escribir… 

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