No puedo decir que sí; decir que no, no puedo.
Crónica...
De un ayer:
preparar comida para llevar. Una tortilla de patácolas con calabacín; unas concretas croquetas, caseras; filéteques de pollo empanados ellos, oye; setas al ajillo, pudiendo estar más mejor no estaban mal; unos quilos de las más sanas manzanas recién recogidas (algunas reinetas, otras rojizas); frambuesas rojas ellas (cada vez que me rozo, aunque sea un casi na, con un frambueso me sale una urticaria… es que tienen unos pelines urticantes los frambuesos, escuecen una barbaridad al contacto con tacto…)… Pues para allí que nos fuimos cargaitos de lo que te cuento pal comer… La madre mía, mi querida hermana y mismamente a la casa del querido hermano mío. Dirás lo que quieras decir, pero mismamente digo que todos son queridos muy mucho… Y conste que tal acontecimiento (el reunirnos asín, hermanos hermana y madre) hacía mucho tiempo que no sucedía (papá estaba también, aunque no estuviera estaba)… Y comimos, nos reunimos, platicamos… : Pues lo veo asín…; ay no, yo creo de que…; ni de lejos pienso de que sea asín… Aun a pesar de adiferentes visiones, concierto (y menos mal que no nos pusimos a cantar…)
En la madrugá del hoy:
es que la perra de mi hermana (¿se entiende, lo qué? Pues eso no te es, que la hermana mía puede ser muchas cosas, pero te es muy humana y nunca perra) pues eso, está en celo y tiene una demanda que ni te cuento; a la entrada tiene unos cuentos pretendientes… uno pequeño y sinvergüenza (un poco cabrón también) se cuela entre las rejas del portalón de entrada (¿pero a dónde te crees que vas? Anda, anda, que no andas na, pero si no le llegas…)…
Pues justo, ese casi na igualito que si fuese un casi too… Mecaguenla… Hasta que casi a las tres de la matiné no aguanté más: me puse el pijama; después de intentar dormir desde al menos dos horas antes, no aguanté más… ¡Te vas a ladrar a… Qué coño políticamente correcto, a tu puta casa! Así salí en pijama y cogí una escoba para darle hasta en el carnet de identidad… ¿Te lo podrás de creer? ¡Hasta con los pelos al viento, toda desaforaa yo…! Aun encima tiene más que decir y se me pone a de ladrar… Mira, me puse echa una energúmena cual basilisca (aunque fuese en pijama, despeinaá, cuasi subida a una escóbula…) a casi las tres de la mañá y sin poder dormir… si lo llego a pillarrrrrrrrrrrr…. ¿Será cabrón el hijo de la gran chingá? ¡Me hizo perseguirlo hasta unos cienes de metros más allá!
Al final, aun pareciendo desaparecio el cacho perro, me acuesto en la cama y vuelve a estar allí ladrando… en ese mismo momentito opté por la opción “B”, tapones en los oídos y que te vayan dando, cacho perro, no podrás entrar… Y sí te llego a pillar te meto un mandoble que pa que (te)
Pues eso, cuasi a las tres, despeluxaá y muy mucho de mala leche con escoba acompañaá en el medio del monte… Vamos, como para que la encierren a una…
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