viernes, 22 de julio de 2011

Aunque no te lo creas…


Una cuchara y un tenedor, ambos los dos de madera (visto lo visto, de madera de la buena), sirven mejor que bien para montar un entarimado…

¿Qué, no te lo crees? Allá mismamente tú, mismamente yo lo comprobé entre antes de ayer, ayer y hoy.

Acompañados, la cuchara y un tenedor de madera, de una brocha (aunque sirva para pintar, úsala de otros modos y maneras, experimenta…) para barnizar en la plancha: con aceite de oliva (al igual que la madera, del bueno el más mejor, aceite de la vida) unos lomos de bonito eres; unas rodajas de merluza; otras rodajas ellas, en si mismas berenjenas; unas setas; esparcimiento, sutil, de pimienta negra y zumo de limión…

¿Cómo? ¿No?

¡Como, sí!

También, aunque a veces, tampoco.

Aunque no te lo creas, estoy.

¿Para todo? No.

A veces te digo: pues no, no mancuentro, aunque siga estando; sin estar para todo… A veces digo, no.

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