lunes, 31 de agosto de 2009
domingo, 30 de agosto de 2009
Avispa
Libando.
Degustando caña tostada derramada.
¿Será pariente de la del otro día?
Hoyyy, que pesada ¿por qué no se irá a su casa?
Es lo que tienen los parientes, a veces dan unas ganísimas de estrangularlos…
¿O era abéjula, la que me picó?
Parece ser que coincidimos en gustos libadores.
Que casualidad.
¿Coincidiste en gustos alguna vez con una abéjula o avispa?
¿Tú libas?
¡Huy, sí, muy Libélula!
Uno de los insectos más veloces.
Imagínate, si fueras tú (en el suponer del caso una persona humana) irías a toda leche, el equivalente de unos doscientos kilometritos por hora de na.
El pelo a lo ventilador. Si, hasta el de las axilas y los de la nariciglia, otros más allá, con esa velocidad.
Vamos, y no te acercas a ellas sin que te vean ni queriendo. Entre otras cosas porque tienen una visión de unos trescientos sesenta grados. ¿Cuánto será eso?
Ellas a ti si, con total libertad se acercan. O al menos el otro día vino una a posarse a mi, merendándose una polilla la tía.
Jolín, pobres. No pueden caminar, no porque le falte pirixel para fumal, es algo de sus propias patas, innato.
Claro que pa que.
¿Caminaaaar, yo?
¡Abrase visto, que desfachatez!
“Pero ¿no ves cómo vuelo, cómo me muevo?
Vooolaaar y vooolaaar.
Volando voy.
Mira que triple tirabuzón, sin freno ni marcha atrás, embestido del revés, bonita tú, Libélula mía. Imagínate lo que sé hacer con la luenga. ¿Te vienes?”
Pensará ella, supongo yo.
Resulta que volando así de bien, aprovechan y ligan.
Y no será para menos el verlo, oye.
Vuelan hacia atrás, o hacia delante.
Suben o bajan en vertical.
Giran en el aire sobre su cuerpo.
Pueden detenerse en la mitad del aire y flotar…
¿Anisoptera?
Libélula, suena mucho más mejor, paréceme.
¿Cualo prefieres?
domingo, 23 de agosto de 2009
En la Galería, el aperitivo.
El fin de cena también.
Ahí mismamente ocupé un trozo de pedazo de cacho de sitio de suelo.
En acampada libre: El colchón de acampada, valga la rebuznancia, se porta, si; el saco de verano (fíjate si seré espléndido que tengo dos, el otro de invierno); un cojín, para no quedar Torcuato por parte de cuello; baaaaallenitamente yo; y varios invitados inesperados. Previa petición de permiso, por descontado.
Entre los inesperados, varios. A saber que se sepa:
-Varios Gallitos. De esos de los que en cuanto sale Lorenzo empiezan a cantar.
-Al poco llegaron los claclás. Es posible que por ese nombre no os suenen, también se conocen con el apodo de “Peregrinos en El Camino Caminando, con un bastón u dos”
Si llevan uno mono: cla cla cla…
¿Con dos, y estéreos? Claclacla…
-Además, Rita la perrita.
Empezamos, sin ir más lejos, en la galería.
Unos bocaditos: pan con su aceitillo, aceitunas negras y cecina unos; los otros anchoitas ricas y tomatito.
¡Vale! Un brindis.
¡Por Vosotros Ustedes!
Nos sentamos en unas sillas a la mesa (es que a veces hay que explicároslo todo).
El primero muy riquísimo: pequeña berenjenita y sus cositas, al horno.
Llegó después el segundo, sin desmerecer al primero: solomillo rellenito el, de nueces y queso; no quedó la cosa así, no, venía acompañado por una salsa, ¡que salsa!; espinacas fritas, de verdad de verdad de la buena sorprendentemente ricas.
Pues claro, postre: Mouse de chocolate con castañas y fondo de bizcocho.
Faltaría más, café.
Hacía que no jugaba al billar, ni lo sé.
Claro, perdí.
Tú ganas, de momento, Ra.
Castañas.
Correos.
¿Coincidencias?
Hablábamos unos días ha de pueblos, de vidas en los pueblos, de cartas, de tranquilidades, intranquilidades también, sobre unas cuantas cosas más hablamos.
No sé muy bien si me miró Él A mi, o si lo vi primero.
Antes del encontronazo buzonil.
Pues si, nos vimos y nos comunicamos, cada uno a su manera.
En un Pueblo en el que la iglesia echa humo casi por el campanario, ya me contarás.
La cena previa, diez no, en todo caso merece abrazos y cariños.
¿Qué es eso, un 10?
Ay, no sé, me parece tan binario.
Muy buena cena, Ra.
sábado, 22 de agosto de 2009
viernes, 21 de agosto de 2009
¿Qué mérito tiene?
miércoles, 12 de agosto de 2009
¿Permanente?
martes, 11 de agosto de 2009
Ni con espátula.
Babosas.
Resulta que la cerveza para las babosas es como un veneno.
Fíjate por donde yo no soy una de ellas ¿o si?
Son hermafroditas, puede ser que sean:
-Opción una o la otra: Machos Ibéricos, o de las Fidji, o Vietnamitas, o ¿por qué no? Selenitas. En todo caso macho, que se sepa.
No sé quién se dedicará a vivir como una babosa y las seguirá para saber todas estas cosas. Hago un paréntesis.
Continuando...
-Opción la otra o una: Hembras caribeñas, o tanzanas (la mujer de Tarzán no, que esa era una estreñida, morena y muy mona pero se pasaba la vida chillando: aiiiiii, o sea, un bichéjulo, que asquito que me da. La muy petarda, en vez de pensar: caray, que me se lleva un Adonis ¿qué no me pasará? Resumiendo, de Tanzania) incluso gallegas de pura cepa. En todo caso hembras.
La opción C no existe, vamos, machos o hembras, nunca al mismo tiempo las dobles personalidades.
Caminaba, al ir en fila rectita que te iban.
Tardé en volver, en un aproximar hora y media.
Enrolladitas las encontré.
No consigo saber ¿se comían, se reproducían?
¿Las dos cosas?
lunes, 10 de agosto de 2009
Futuro.
Precursores de otra temporada.
Otoñal.
Mortecinos rojos.
Un día de verano, gris en el cielo.
Nubes grises.
Pelo judías, sentado en una piedra a la entrada de casa, al aire, libre; baño y masaje le di; e hice tortilla; limpié pizarra; tiré las verduras a la plancha.
A caminar, fui.
Viví ya.
Pasado es.
Por cierto, esta noche, Perseidas.