domingo, 3 de enero de 2016

Puentes que unen…

Delicatesen, para probar, sin lugar a dudas.

“Tarta de Queso al estilo japonés, delicada como una nube”.

En este caso, el nombre de la tarta no es pomposidad ni publicidad engañosa. De verdad, de verdad de la buena: sutil y delicada, esponjosa, deliciosa al propio paladar…
Sin embargo, de lo anterior mente escrito en el párrafo de atrás (a ver si quitas las largas ya, que me deslumbras de tanta erudición que demuestras en el escribircio…)…

…Aquí paso a reproducir un diálogo interior, teñido de rojo pasión, tenido hace tan solo unos instantes… pero ¿no te da vergüenza escribir tan peorísimo? Ja te tú, pues no, ni asín de vergüenza me da…

A lo que te voy, que si no, no llego nunca a lo que te voy. La cosa es que se me ocurrió: una salsa templada de fruta de la pasión, con un cuasi nada de picantillo pimentón ¿Por qué no para acompañar a una delicada nube?...
Y luego, después ya, se me escurrió al teclado otra salsa diferente… Quizás, para realzar el sabor, una salsa de parmesano y albahaca (si, vamos, una pesto de toda la vida, dirás tú… pero no, no es eso, además ¿en un postre?… Por supuesto, ahora que lo pienso más mejor, pienso (y todo… Alucina, Mari Pili…) sustituir el parmesano por queso san simón ahumado…
Pues todo eso anteriormente leído, siendo el caso de ser el caso, no me acuerdo a que venía…
Ay, sí, ya ta… nanienonanieno…

Puentes que unen, aunque sea al revés ¿lo ves?

Y ya ta (…¿otra vez?), arreflexión final: las ganas de querer probar los postres, te dan ganas de probar los postres…

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