Oliñas veñen e van…
Serena la Mar, plateada. No
siempre es así…
Sutiles olas
A veces en el camino aparecen
bellos puentes, nunca sabes con certeza dónde te llevarán al cruzarlos
Levantar anclas, izar
velámenes. Partir de una ficticia tranquilidad… dejar atrás el adormecimiento
de un cómodo sofá, con mantita aterciopelada calentita para tapar fríos y vergüenzas,
delante de plasmas que escupen imágenes impersonales (adocenamiento ¿acaso
miento?)… afrontar la tempestad del profundo cambio necesario, quizá ahora o
nunca ya…
No hay comentarios:
Publicar un comentario