jueves, 25 de octubre de 2012

Calentito que te escribo, lee…


“Inhalación profundísima… retener… Exhalar suavemente, sin explosionar… repetir… Pensé y así lo hice. Rebién me sentó la puesta en práctica de tal reflexión, sin poner nada perdido. Para perdidos, ellos”

 Antecedentes a las respiraciones:
  • Punto güan: explica el siñorito pofesó que es muy importante aplicar mejor que bien (otra vez… y van… ¿Estarán sordos o, simples mentes, directamente se la repampinfla lo enseñado?) la base (unos buenos cimientos para que no se te lleve por delante el temporal) para aplicaciones posteriores…
  • Punto peich: elijo una pared y le dedico todo mi cariño; procuro acariciarla, recortar las aristas vistas sin irme más allá; sin invadir otras paredes; teñir de colorín, sin embadurnar todo lo demás, y peinar a tacto sedoso una pared…
  • Punto gromenagüer: pues sí, me ha quedado la pared repeinaaá, de pasarela de paredes…
  • Punto mecagüenla: sin interés; sin ganas; sin respeto ni naa hacia otras paredes… (desidia, aaah ahhh, al borde del mar… cantaban); ¡¡¡unos manchurrones en las intersecciones invadiendo mi pared!!!… dígole: “pero no me pisen lo fregao (en tono dicharachil y pinturero, sin acritud y respirando ya); contestome: Ahhhh ¿que más da?”

 ¿Punto mecagüenla? Pasandito de este mal puntazo, vete a pastar…
 “Inhalación profundísima… retener… Exhalar suavemente… Y funciona, oye, ¿o no?"

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