¡Sorprendente! Parece que ami abandona las cenagosas tierras del escepcitismo, la zozobra y la vacilación para adentrarse en el reino de la aserción indubitable y sumarísima... ¿o no?
Ahí, sí señor, con las cosas claras por fin.
¡Sorprendente! Parece que ami abandona las cenagosas tierras del escepcitismo, la zozobra y la vacilación para adentrarse en el reino de la aserción indubitable y sumarísima... ¿o no?
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